domingo, 11 de enero de 2009

El relacionamiento entre naciones debe mejorar


Las relaciones internacionales de un determinado país deben orientarse y construirse con una visión de largo plazo, ya que no es conveniente que el entendimiento comercial o político entre dos o más Estados, dependa éste exageradamente de las orientaciones circunstanciales de sus respectivos gobiernos de turno.

Ello exige que el gobierno de un determinado país oriente sus RRII sobre la base de una explicitada política de consenso y de largo plazo, la que en mayor o menor grado debería ser compartida por todos los principales sectores dirigentes, productivos, y sociales de ese país, y en forma especial por los partidos políticos que se encuentren activos en dicha nación.

En el caso particular de Uruguay, los paradigmas y fundamentos principales de esta política general de Estado, deberían asentarse ellos sobre los principios muy generales que en apretada síntesis se enumeran en las siguientes líneas.

(a) Defender la postura de que el relacionamiento entre los Estados siempre debe inspirarse en la solidaridad internacional así como en el amplio y libre intercambio cultural entre instituciones y entre grupos poblacionales, por encima de los legítimos entendimientos e intereses de tipo comercial que paralelamente se puedan desarrollar.

(b) Siempre considerar legítimos y válidos los resultados de los mecanismos de autodeterminación de las naciones y de los pueblos, al menos en los casos que los mismos se hayan desarrollado y expresado con ciertas garantías en cuanto a su transparencia y en cuanto a su debido proceso.

(c) Profundizar las relaciones con el MERCOSUR, y profundizar también las relaciones regionales a nivel de América Latina. Coordinar con ellos posturas diplomáticas comunes a desarrollar en los diferentes foros internacionales, como medida de no atomizar esfuerzos, y como medida de hacer causa común en torno a problemáticas y a propuestas que nos son propias.

(d) Mantener una buena relación comercial y política con todos los países, sin mayores exclusiones o discriminaciones de tipo ideológico o de cualquier otra especie o naturaleza. El comercio marcha por un lado, y las simpatías y las concordancias marchan por otro lado.

(e) Considerar que el terrorismo se orienta a la destrucción del ordenamiento institucional de los Estados, y que las acciones terroristas atentan directamente contra la felicidad y la seguridad de importantes grupos poblacionales, lo que no tiene otro resultado que aumentar las miserias humanas, y que ofrecer como alternativa el caos, el sufrimiento, y la muerte. Por ende, colaborar en todo lo posible con otros Estados, a efectos de luchar eficazmente contra este flagelo de la sedición y de los grupos irregulares vestidos con ciertos ideales político-sociales como forma de camuflaje; estos ropajes, estos ideales, a veces son de color rojo y a veces son de color blanco o azul. Y por cierto, también renegar del llamado terrorismo estatal o terrorismo de Estado, puesto que si la arbitrariedad y la violencia se introducen dentro de las propias estructuras institucionales de gobierno, ello sin duda también tiene consecuencias muy negativas, y desvíos sumamente criticables y nefastos.

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