domingo, 11 de enero de 2009

Estado y sistema financiero


Es cierto, el Estado controla las instituciones financieras a través de una serie de mecanismos, pero estos controles son claramente insuficientes, puesto que los problemas monetarios y financieros se producen aquí y allá y en diferentes momentos, y cuando esto ocurre, en muchos casos es el Estado el que debe salir a apagar los incendios, en su calidad de prestamista de última instancia del sistema financiero, y como forma de preservar el crédito, el ahorro, y la tranquilidad social en su espacio económico.

La solución para romper con este estado de cosas es clara, la solución es que el propio Estado tome a cargo todos los mecanismos de creación monetaria, sean ellos por emisión directa de dinero-papel, sean ellos por introducción de dinero-crédito.

Las actuales instituciones bancarias públicas y privadas deben quedar en exclusivo en la intermediación financiera simple, a efectos de desligar a los propietarios de dineros de los riesgos propios de los empréstitos, pero impidiendo a estas instituciones la creación del llamado dinero bancario, e incluso implementando mecanismos para que en caso de morosidad o de no recuperación de empréstitos, sean entonces los propios depositantes quienes sufran estas consecuencias, a través de la pérdida de intereses, y/o a través de una recuperación más lenta de sus depósitos a plazo, y/o incluso a través de una menor tasa de recuperación.

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