domingo, 11 de enero de 2009

La futura economía telemática


Además de servir de soporte para el funcionamiento de la economía, las propias transferencias monetarias podrían ser usadas para a través de ellas señalar las contrapartidas a las que corresponden. Así, estos registros contables con conveniente y autentificada información extracontable, podrían servir de prueba de cumplimiento de obligaciones, o de prueba de cumplimiento de pagos, etcétera. Y esto da la posibilidad a partir de allí, de señalar las responsabilidades y los desvíos que pudieran existir, así como de eximir de responsabilidades si ese fuera el caso.

Esto por cierto tendría enormes y muy positivas consecuencias. La constitución de pruebas a nivel judicial se vería enormemente favorecida en la medida que ellas involucraran manejos financieros, y también en los juicios civiles y penales así como en los juicios laborales, se evitarían muchísimas lagunas de información así como muchísimos maquillajes en las pruebas aportadas por las partes.

Además, la sola existencia del dinero telemático y las posibilidades que el mismo brinda, permitiría un ahorro muy considerable de personal y de insumos, tanto en las instituciones bancarias como en el comercio, e incluso al interior de las propias empresas productoras. La función de pagadores y de cobradores se vería muy facilitada y simplificada, y por lo tanto en este ámbito las reducciones de personal sin duda serían espectaculares. Otro tanto incuestionablemente ocurriría en cuanto a inspectores y controladores, en cuanto a administradores, en cuanto a gestores, en cuanto a recaudadores fiscales, en cuanto a personal de seguridad, etcétera, etcétera.

Por otra parte y al no quedar disociada la transmisión de un título de valor con su declaración de contrapartida, toda una serie de ilícitos se reducirían en forma muy sustantiva, por no decir que se eliminarían por completo.

Si sólo existiera el dinero telemático, seguramente el drogadicto tendría dificultades para traspasar un título de valor en una boca de venta de sustancias adictivas, y también los narcotraficantes minoristas tendrían dificultades para transferir títulos de valor a sus proveedores, y también los grandes acopiadores de sustancias adictivas tendrían inconvenientes para pagar a los productores cocaleros y de opio. Si sólo existiera el dinero telemático, muy probablemente el ladrón tendría dificultades para vender cosas robadas, y también el reducidor tendría dificultades para pagar cosas robadas. Y también, al poder automatizarse la recaudación impositiva y hacerse ella contemporánea con los hechos y los actos generadores, la defraudación impositiva y la morosidad impositiva se podrían reducir a niveles insignificantes. Etcétera, etcétera, etcétera.

La nueva organización social apoyada en una moneda telemática, permitirá alcanzar grados de eficiencia insospechados, liberando así recursos y posibilidades que posiblemente permitirían resolver o mejorar algunos de los grandes problemas sociales de hoy día, como el de la pobreza y la indigencia, como el del respeto a los derechos humanos, como el de los bajos niveles educativos y culturales, como el de un más razonable desarrollo sustentable, con mayor respeto para el medio ambiente, y con menor incidencia humana en cuanto a la polución y al calentamiento global del planeta.

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